Desde cualquiera de las dos principales plazas del pueblo, la de España y la del Mercado, se puede acceder al Castillo de Sancto Stephanus. Unas indicaciones nos marcan el camino de acceso que tiene algunos desvíos, aunque siguiendo la dirección de las señales y siempre mirando hacia arriba no podremos equivocarnos.
Vale la pena observar la vista del pueblo, con sus tejados rojizos, ramificándose entre las colinas que lo envuelven. Ya en la cima, encontramos el torreón del castillo convertido en campanario de la parroquia. Desde allí puede divisarse otras tres emblemáticas construcciones: el castillo de la Mora, en Peralta de la Sal; el castillo de Monzón y el Monasterio del Pueyo.
También en días despejados se pueden observar varias montañas del Pirineo como los tres Sorores y el Cotiella. En el punto de mayor altitud está la imagen del Sagrado Corazón. Se conservan restos de los muros de lo que en su día fue fortaleza por donde se pasearon reyes como Sancho Ramírez, Pedro I, su hijo Alfonso I y Ramón Berenguer IV, entre otros.
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